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¡Magistral! No puedo comenzar comentando de otra manera la acción estratégica en social media que ha llevado a cabo la compañía Bodyform, que lejos de guardar la ropa, ha dado un salto al vacío para lograr el éxito.

Todo comienza hace unos días, concretamente el 8 de octubre,  cuando Richard Neill escribe en el muro de Facebook de la empresa de higiene femenina británica, una reflexión sarcástica sobre la relación de la mujer con su menstruación, inspirada en los anuncios de las marcas de compresas.

Hasta aquí nada del otro mundo, eso pasa a diario en muchas páginas de la red social. Ahora bien, se disparan los comentarios de esa publicación hasta lograr alcancar decenas de miles y entonces entra el planificador estratégico de Bodyform para lograr cerrar el círculo virtuoso en social media.

En una semana graban un vídeo donde la compañía se ríe un poco de sí misma, de los tópicos, siendo a la vez sensatamente representado el monólogo por la CEO de la empresa, Caroline Williams, que no duda en probar incluso ese famoso líquido azul que se aplica sobre las compresas para demostrar su capacidad de absorción… Me atrevo a decirlo de nuevo ¡Magistral!

Claro, estamos hablando de una gran actuación en el entorno de la creatividad, pero… ¿Y los famosos KPIs? Pues mejor, imposible.

Para una empresa que disponía de menos de 5.000 seguidores de la página, ha logrado que, según Facebook, «85.109 personas están hablando sobre esto»… El máximo objetivo del social media, conversación, interacción, seguidores de calidad, sin tener una gran base de seguidores.

Es sobrecogedor, sin duda, sobre todo cuando al enrutarlo todo en mi cerebro, me da por pensar que el chico que escribió el comentario porque no veía a su novia tan feliz en «esos días», es otra parte más de la estrategia, que no llegó de forma espontánea, sencilla y graciosa, pero que ha dinamitado sin duda el espacio, provocando la dinamización masiva del contenido de la marca…

Y todo ello, pasando del modelo de chicas guapas haciendo deportes y viviendo independientemente, al humor de una mujer madura que «sabe lo que quiere».

Sin duda, sea o no esta la estrategia, me quito el sombrero. A continuación podéis ver el vídeo, que además tiene el «descaro» de ofrecer al final el enlace a la «crítica sarcástica».