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Recordamos todos la famosa frase, que seguramente estaba preparada por el equipo de marketing de la NASA para escribirla en la página de gloria de la carrera espacial. Pero a mí me preocupa más lo que estamos viviendo… Con toda seguridad, la reciente llegada del rover Curiosity a la superficie de Mart, sea una noticia más importante que los resultados olímpicos.

Es decir, por primera vez asistimos a una misión en el Planeta Rojo que está funcionando de verdad, que consigue mandar transmisiones que nos llegan con un retraso de tan sólo 13 minutos y que además en esas transmisiones vienen fotos -que mejorarán todavía más en resolución y serán a color-, que está poniendo a disposición pública la propia NASA. Algo ha cambiado.

La carrera espacial ya parece no ser algo de primer orden al no existir dos potencias mundiales peleándose por conquistar nuevos mundos o destrozar el que tenemos. Ahora es simplemente ciencia…

Hemos visto como Curiosity fotografiaba la zona donde iba a aterrizar, como su escudo térmico caía, tomó tierra y mostró  la superficie de marte con una cámara a 70 cm del suelo y no contentos con eso, hizo una panorámica para que pudiéramos observar las colinas que bordean el Cráter Gale. Y todavía le quedan recursos como para hacerse por trozos una foto de ella misma desde arriba.

Paralelamente, porque todo no es imagen, toma parámetros de ondas, es decir mide las radiaciones en el planeta y esos fenómenos meteorológicos en forma de tormentas de iones, para ver cuando si algún día se podrá mandar una misión tripulada. Es ese pequeño paso para el hombre… aunque lo esté haciendo un vehículo robotizado.

Seguro que a ningún  ciudadano de a pie le está interesando esto tanto como a mí porque, en estos momentos en que la economía vive un mal momento y los sindicatos instigan al robo en supermercados  queriendo dar lecciones morales, los telediarios -sobre todo los públicos que pienso que están obligados a difundirlo- le dan poca cobertura y no buscan informar de forma sencilla para que los televidentes aprendan y no sólo consuman.

Me gustaría saber que pensarían de todo esto Tycho Brahe, Kepler, Huygens o Cassini… Desde luego quedarían fascinados con sólo conocer que el planeta «limonita» tiene dos lunas,  Fobos y Deimos.  Por supuesto les vendría muy grande algunos datos de presión atmosférica, radiaciones o gravedad (que para eso más tarde a Newton le cayó la manzana en la cabeza).

Al menos yo sigo ilusionado con las primeras imágenes que han llegado, que son todavía de poca calidad para lo que la NASA tiene preparado, según comentan. Ya en la misión del Opportunity, vimos algunos interesantes documentos. A ver esta nueva exploración que nos depara.

Sigo creyendo que el hombre es el único animal que supo mirar al cielo, aunque a veces le cueste ver más allá.