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Ambas voces privilegiadas son en gran media parte del éxito transgresor en su momento del musical de Andrew Lloyd Webber, quien vio la explosión de posibilidades de su partitura original gracias a la intervención «divina» del director de cine Norman Jewison (Huracán Carter, Hechizo de luna, En el calor de la noche, El violinista en el tejado…).

A ‘Jesús Neeley’ podemos ponerle voz más o menos actual, en esta actuación de 2006, que realizó bastante afectado de la voz, y se nota, pero que le echa un par, porque pocos saben lo que es cantar eso y de la forma que hay que hacerlo.

Para quien quiera recordar como era antes, aquí va la versión original de la película, donde hay que quitarse el sombrero y no volver a ponérselo mas.

En aquellos tiempos Anderson no tenía nada que envidiar a Neeley, y muchos decían que con este tema y su ejecución, el primer Judas negro, se convertía en la sombra real del Jesucristo del siglo XX.

Poco antes de morir lo tenían en la televisión estadounidense para cantar de nuevo este tema, sin las mismas capacidades pero con la elegancia y el saber que le daban sus tablas, ya que nos regaló la interpretación modélica del Judas del futuro, que quizás no es tan «malo» como nos lo pintaron siempre.

Sea como fuere, ellos hicieron grande el mito y este es el merecido tributo que se merecen. Disfrutadlo.