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La literatura se está pervirtiendo a la manera más positiva que podría corromperse en estos tiempos. Todo para renacer con fuerza… Casi a estrenar… Desde los labios, las manos o los ojos de cualquier alma lírica que desee salir de la penumbra. Un claro ejemplo es el trabajo de Vampiressa HIM. La chica oscura de piel clara y gestos sutiles de sirena en estos nuevos tiempos de odisea, que lanza sus cantos más íntimos a los sentidos de los videovidentes desde la ingente máquina de hacer falsos ídolos, YouTube.

Si aislamos a Saray Pavón de ese misterioso nick y nos remitimos a su labor en favor de la cultura, puede que su estrella brille incluso más, allende las fronteras virtuales. Así, la encontraríamos como una niña joven e inocente en sus participaciones tímidas, en sus recitados más sutiles y académicos en pos de El Dorado de sus letras. Todo desde el colectivo CreAcción Poética , el Baratillo Joven, que vendría a ser el momento 2.0 de una institución respetada en la poesía sevillana: «Noches del Baratillo» . Estas noches de jueves sirven para que salga en procesión la ‘cofradía’ del barrio sevillano de San Julián, que lleva desde 1950 encendiendo cerillas para que la llama de la poesía siga derritiendo los corazones inquietos del empedrado hispalense.

Esta dualidad interesante, lleva a Saray a parir para la Red ideas poéticas que le desplazan desde el adolescente descaro de interpretar textos de Pablo Neruda para superar las 400.000 visualizaciones, hasta los momentos no menos vistos pero desmedidamente bellos y personales, como «Apreciar la mañana».

Y todo esto sin empresas ni intereses creados detrás.

Saray es un ejemplo de fertilidad y posibilidad tan abrumador que a veces me da miedo. Hasta sentirse inferior a sus actuaciones es atrevido. Te das cuenta de ello si lo vives en su universo, esa plaza inmaterial donde -aunque no pintes nada-, siempre tienes sentido y sabes que la traslación, más pronto que tarde, te harán volver hacia sus palabras encintadas de las eses finales que tanto nos cuestan susurrar a los del sur. (No podría poner puntos en este párrafo, no me los hubiera perdonado a mí mismo… Una pausa para respirar…)

Un día, hace unos años, sin saberte escribí de ti. Ahora lo entiendo todo.

Saray Pavón en pleno recital de "Las Noches del Cangrejo"

Saray Pavón en pleno recital de "Las Noches del Cangrejo"

El reloj a fuego lento

Espectador cansado de los días que pasan,
Oigo aire reseco
Deslizándose en tus senos.
Imagen tras imagen reconozco la juventud
Que me abandonó
Pero la avenida no termina en mi lengua
Ni en la mano
Ni en la búsqueda de tu saliva.

Mis manos arrugadas que en otros tiempos
Fueron el satén de tus sentidos,
Son sugerencia interminable de labios inexpertos,
En gradación con suave piel.

Palabras de tacto, frases de roce y amor silencioso.
Tus manos que luchan calladas.
Flexiones e ignorancia que se consume.

En sueños despertare asustado
La pesadilla de tu belleza vuelve cada día
A recordarme la onírica trascendencia
De mi perecedero cuerpo.
A mi lado la sed
Dibujada en tu vientre
En la muerte instantánea que creamos
Para apretar tus ansias de vida.

Jirón de mil facciones por segundo,
Acelera mi ritmo cardiaco,
La respiración se entrecorta,
Entre mis brazos
Tiemblan tus piernas
Para no ver el aire reseco
Que tu rostro gotea.