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Como ya os conté el pasado mes de octubre, organicé en casa una cata privada de Johnnier Walker Black Label que tuvo una estupenda acogida entre los invitados.  Esta vez le tocó el turno a la ginebra, ya que Diageo -comercializadora del whisky del caminante- también tiene la campaña Tanqueray Private Cocktail Experience.

Como en la otra ocasión, el embajador vistió la mesa con un mantel negro y colocó botellas, frutas, recipientes con bayas de enebro, raíz de ángélica y cilantro. Por su puesto, al ser una cata de cocktails, llevaba todos los instrumentos necesarios para mostrarnos otras opciones con la ginebra inglesa.

Tras una introducción de olores y algo de historia, el barman se dispuso a hacer tres cocktails diferentes: Red Snapper (rebautizado como Gazpacho Dry que a mi me gustó pero al personal no demasiado), Ten Fresh y uno que no nombró, sólo lo hizo, a base de Tanqueray Ten y mucho hielo, agitándose hasta escarchar la coctelera.

En general mi valoración es muy buena por la calidad del producto que se usa (Tanqueray normal y Tanqueray Ten), los cocktails son interesantes, aunque creo que no muy bien enfocados al gusto «sevillano» y sobre todo, el buen rato que se pasa con amigos disfrutando de estas catas.

Ahora bien, en este caso creo que el embajador podría haber hecho algo más por la implicación de los que estábamos, como hizo el compañero de la cata de Johnnie Walker. Por otra parte, esta cata tiene la gran virtud de la coctelería, pero carecía de la atmósfera y romanticismo que Black Label imprime a la suya.

De todos modos la repetiría, sobre todo por el maravilloso Gin & Tonic que nos preparó el embajador con la Tanqueray normal, una botella más que asequible que supera con creces la calidad de sus competidoras en el mismo segmento.

Ya sólo me queda contaros una de Cacique 500… A ver si me la dan pronto 😉

Aquí os dejo el testimonio gráfico de la cata