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Cena ligera con lambrusco

La cena de esta noche parecía insalvable. Demasiados contratiempos y lastre de una semana de reincorporación, urgencia y desvelo. Desde luego no ha sido memorable, pero un lambrusco tinto sin ser mi delirio ha solucionado la papeleta de apertura del fin de semana.

La clave fue hacer algo ligero que compaginara con un tinto espumoso y fácil como el lambrusco, pero que, a su vez fuera, fuera liviano, puesto que no había demasiadas ganas de nada. El vino era de Mercadona, es decir, de lo mas baratito que se despacha y el resto, una combinación acertada.

En esta ocasión todo era primer plato, o lo que es igual, nada contundente para evitar las pesadillas nocturnas provocadas por el hartazgo. Así que, por barba, ensalada de tomate con melva y pimiento del piquillo la melva y el pimiento venían en la misma lata, de la marca Ubago, todo aliñado con aceite, sal, vinagre de Jerez, pimienta y orégano.

Compartiendo, unas banderillas de queso fresco, alcaparra y anchoa, todo muy sencillo pero presentable, y completando la cena con su contrapunteo lácteo y salado.

Qué fácil es – a veces- cenar sano y sintiéndose todo un gourmet…