Ayer era quince de agosto, y sí, era mi cumpleaños. Siempre que llega esa fecha me enfrento a una encrucijada que parece simple, pero que se convierte en algo complejo… ¿Donde ir a cenar para celebrarlo?
Pues bien, son 33 años de experiencia ya los que me dicen que casi mejor no ir a ningún restaurante. No es que tenga yo ganas ahora de estigmatizar a la hostelería, pero si es cierto que las fechas lo desaconsejan. Muchos restaurantes que me gustan cierran en agosto, algo que a fin de cuentas me parece honrado, aunque también me lleva a pensar que no son profesionales del «dar de comer».
Otros sitios te dan de comer de forma lamentable, evidentemente porque no logran vender todo el género, y aunque digan que eso se tira suele ser falso, más en plena crisis.
Por ello, me quedé en casa y planteé una cena sin carne ni pescado, lo mejor que se puede hacer en esta fecha. Además, era vegetariana, con dos colores bien diferenciados, el amarillo anaranjado del Humus y el verde del Guacamole. Frescos y plenos de sabor fueron un acierto, que se regó con un vino blanco, cosecha 2008, monovarietal Chardonnay (me gusta más Gewürztraminer, pero no lo había) de la D.O. Somontano: Laus.
Después, mi puro de moda, Partagás Corona Senior con una copita de anís dulce y hielo, de la marca de Zalamea la Real (Huelva) «El Pilar». Es el primer licor de esta clase que no tiene exceso de azúcar pegajosa y que además no da ardores tras consumirlo. Una maravilla de 25º para las navidades.
Lo dicho, una buena noche, con cena ligera para mi segunda fiesta del verano.
feliz cumpleaños con retraso querido juan!!
milbesos, ya, desde la cálida jaén
Espero más artículos como el de esta cena. Se agradecen y nos recuerdan al barrio tanto o más que <> y <> de Los Morancos. Hay estilos y estilos; y sin desprecio del otro, éste es serio.