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Barca en la Playa

Aún no he soltado amarras cuando he vuelto a quedar varado en la arena. Así se resume lo que deviene entre el 20 y el 30, lo que sucede en diez ocasiones, lo que se escribe sin boligrafo en el diario de lo no vivido.

Por ello, como siempre te sientes extraño. Algo de novedad y mucho de rutina, una pequeña ilusión para afrontar la desolación de las horas de luz de fluorescente sin protección adecuada para el corazón, los ojos y las manos.

Tan sólo a unos días de volver a zarpar ya vislumbro que, de nuevo, en la ensenada me encontraré soñando los puertos que nunca he visitado. Algunas jornadas para la esperanza, esa patrona de los marineros que navegan sin brújula, y que tan a menudo me abandona.

Creí que encontraría respuestas, pero únicamente logro preguntas y mantengo el ancla echada…