Seleccionar página

La verdad es que la moda del Software Libre ha logrado seducirme. He instalado en una torre que tenía olvidada en casa la última versión de Ubuntu y la verdad es que está bonito y al principio es hasta divertido.

Y lo más importante, no me da problemas con la tarjeta wifi, que fue lo que me hizo desistir de embarcarme en la aventura de Guadalinex, la apuesta del Gobierno Andaluz por el SL.

Bueno, ahora que por fin tengo un sistema operativo basado en SL en un equipo en casa (mea culpa, en el titular sigo confiando en XP) no me siento mejor persona y además con el paso de los días ha comenzado a aburrirme.

Lógicamente en el otro equipo es donde trabajo, donde puedo moverme con mis aplicaciones propietarias y gracias a las cuales he logrado incluso posicionarme profesionalmente. Así que el uso que le voy a dar al equipo con Ubuntu va a ser bastante limitado.

Son las cosas del SL, dicen que es para todos, porque cada vez lo hacen más parecido a Windows, pero sobre el no corren ninguna de las aplicaciones con las que habitualmente trabajo yo y la mayoría de personas que conozco.

Y eso, que, sin querer pegarme el pegote, se supone que estoy entre la minoría «activista» de la Sociedad del Conocimiento. Por eso me pregunto, ¿a quién va dirigido el SL? ¿Realmente ha salido de circulos informáticos universitarios?

No sé, no quiero ser radical, pero me parece que al SL, como dicen por aqui «le faltan tres hervores».