
Si Miguel levantara la cabeza y viera a su ingenioso hidalgo liderando las listas de ventas de libros en este país, seguramente se asustaría. Es decir, existen muchas probabilidades de que exigiera cobrar sus derechos de autor y «royalties», que no ha percibido durante los últimos 400 años.
Por otro lado, también haría un acuerdo con IKEA para que su libro se vendiera como complemento de estantería, aunque esto, durante los últimos tiempos y especialmente estas navidades, ha ocurrido.
La historia da tumbos y se emborracha con la sangre de los que no figuran en ella. Antes no había casi libros, ni acceso a los mismos. En la actualidad se compran por metros, con encuadernaciones de «colores pop» para adornar las casas, donde padres e hijos tan sólo ven la televisión.
¿Por qué no comprarlo mejor en DVD?. No quiero decir que este formato de video digital pueda sustituir a un libro, si bien, puede contribuir a que muchos neófitos de este país conozcan la obra, y que incluso se formen colectivos mitómanos al estilo Star Wars.
Estoy triste sí, como el caballero de la triste figura, valga la redundancia. Quizás el mensaje sea que vivimos en un mundo locos, o que un logotipo conmemorativo puede generar más amplia y variada opinión pública que las letras de un libro tan anciano como el de Alonso Quijano.
Descansen en paz Miguel y Alonso, y queden en su mismo osario el licenciado Vidriera, Rinconete y Cortadillo, etc, con un epitafio grabado que nos recuerde que el mundano Sancho ganó la partida.
no entiendo básicamente qué te molesta: el primer paso para leer es tener un libro. si los libros son cosas reservadas para unos pocos, por acceso o por precio, los objetivos a alcanzar aparecerán más lejanos. que el quijote se venda en los hiper como los spagueti no perturba al libro ni al autor, sólo hace que la posibilidad de que más personas se interesen en el libro aumente…
Pues mira la molestia es clara, se compra este libro de adorno. Quizá no considero válidas todas las vías de difusión, y mucho menos la relacionada con la decoración, y esa presentación tan «mona» que le ha puesto Círculo de Lectores.
Quizá en mi limitado mundo he visto que más de una persona ha comprado «Don quijote de la estantería», y es que por más que lo intento, no lo entiendo. Será que yo sólo compro libros que sé que me leeré en dos días a lo sumo, y siempre porque han despertado el gusanillo de la curiosidad. Sí, posiblemente sea eso, que mi perfil no es de lector corriente.
el marketing es una bestia parda, pero en el caso de los libros (a veces) hace un bien: qué más da si se llevan el quijote de adorno… qué más da si el jefe del hogar no lo abre jamás y se muere… no estarán ahí los hijos y sentiran curiosidad y lo abriran y se reiran…
recuerdas Léolo???