Hoy, cuando me he dado cuenta de que más te quiero y quiero quererte más, más sólo me encuentro bajo la lluvia de primavera. Los compases lentos del viento se llevan melancólicamente los restos de mis recuerdos que intenté anudar en tu pelo con mis vehementes manos.
Hoy, cuando sé que no voy a verte de nuevo más ansío tu luz, el sol de tu costa y el reflejo en la sal del mar de tu mirada… Las olas que transformábamos en caricias han dejado paso a la calma en tu bahía, esa en la que siempre deseé estar fondeado para repostar infinitos galones de tu ser.
Hoy, cuando me he decido a escribir de nuevo, me quema tu presencia en la yema de los dedos y se me inunda de agua la mirada… Ahora que no encuentro las agarraderas de tu cuerpo y tus palabras, comienzo a conocer la caída libre hacia la infelicidad de este pozo sin fondo, donde en la oscuridad se esconde mi anhelo.
Hoy, cuando tú te has marchado…
y tu, te has marchado?