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Gris y negro, nada de blanco.

A lo largo de un corto paseo a tu lado

En el momento más largo de la historia

Seré sincero

Me quedo por la cintura,

De saber esto en otro tiempo,

Ni siquiera te respondería.

Historia que escribes en tinta

Con papel de seda gris sobre fondo gris

En el que escribes de mis años y de mis sonrisas.

Es bien fácil enhebrar ilusiones,

Mas cuando pronto se arrancan

Bajo tu pecho experto.

La gente que

Cruza, mira, se para, saluda, no habla.

Y yo que no te niego que aún

De mis ojos vuelan mariposas

Y que consigues salir airosa

De toda réplica o excusa.

Pensamientos no descritos, mediante gritos o susurros.

Mediante jadeos, risas o llanto.

Situaciones, críticas y alabanzas matizadas por sentimientos.

Entonces, distraído te miro porque naciste

Triunfadora del triangulo de Venus,

Ganaste números en vez de nombres,

Y sin querer recordar lo preciso,

Puedes considerarte ganadera de corazones huérfanos.

Palabras que se engastan en un collar de opiniones

Inexpresivas

Que nunca existieron.

Una vez creí tu cuento,

Incluso defendí tu ausencia,

Y vestí el elogio de tus malas hazañas,

Ahora solamente me sirves para nada.

Y se forma el huracán,

Diferencias que se manifiestan en sus vivos colores,

Desde el cielo hasta la tierra donde arrasan los grises y negros.

Y no es rencor ni venganza,

Paseando hablamos sin mentir,

Muñeca mora

Que te sentiste alguien junto a mí.

Huye la gente

A sus trincheras de asfalto y adoquín,

A cubierto de la nueva batalla que se libra

Entre tú y yo.

Y me llamas… y te contesto,

Sabes que ya siempre me viene bien,

Que de ti lo único bueno

Es el pasatiempo que me haces sentir.

Infinitas sensaciones visuales,

Diferentes e iguales a la vez,

Marcando un camino intolerante

Frente a mí.

(El Acróbata en el Sendero de los Sueños, 2003)