Seleccionar página

Todo ardió

Sin atmósfera… Silencio. Tras el fuego hay otra dimensión, ese reverso donde tú y yo no somos nada. Todo sigue igual y el naufragio continúa. Mares de tierra sin peces con hojas, mientras los escasos habitantes de este océano calcinado intentan esconderse tras algún pequeño pedernal.

Agua, tú no eres esta vez la culpable. Como siempre te necesitamos, pero no tenemos como agarrarte. Nuestros embudos enraizados ya no pueden hacer su tarea, y resignados afrontamos el temor de dejar nuestro rostro lavado en cualquier ladera.

Otro año, doce hojas del calendario caen de nuevo y pocas variaciones en tu corto vestido de verde. Desesperanza que va tomando color, que recuerda a las llamas y el humo, que evoca al horno donde se fundieron las ilusiones de siglos.

Un nuevo golpe a tu identidad, a tu intimidad, a tu realidad… El olvido arde más que la madera en algunos corazones. Ahora sólo nos queda recordar.