1º Que los homosexuales vivan en pareja me parece perfecto, que no tengan que esconderse de nada también y por supuesto, como pareja legal deben tener derechos adquiridos, y disfrutar de pensiones de viudedad, etc.
2º Todos no somos homosexuales, ni como muchos dicen bisexuales. Chorradas varias para crear un falso clima de tolerancia con el que limpiar nuestras conciencias y favorecer conductas positivas.
3º Nadie puede estar obligado a casar ante la ley a una pareja homosexual. Sin centrarme en la Iglesia, tengo que reconocer que si para hacer no la mili se aceptaba como objeción de conciencia la filosofía antimilitarista, una persona no puede estar obligada a casar a nadie, desoyendo sus creencias, moral o autoconvencimiento. Recordemos que esto es una democracia, la Iglesia no.
4º Este Gobierno dialogante que tenemos, amparándose en una lucha con la Iglesia -que no existe-, se otorga la razón por tener un estado laico, y ha desoído a un altísimo porcentaje de la población en relación a este tema. Vamos, como diría er Mapashito, lo ha sacado adelante ‘por cohone yonwein’.
5º Una cosa es el derecho legal y otra pasarse la psicología, psiquiatría, instintos, perpetuación y evolución natural, por el forro de los caprichos. Una cosa es tener beneficios sociales por una unión y otra jugar con la adopción y el desarrollo integral de la persona.
6º y último, estoy a favor de los enlaces entre homosexuales, es más, son necesarios. Lo que opino es que si para tener hijos hacen falta dos individuos de diferente sexo, la situación no debería cambiar a través de una ley que no tiene ni sangre ni venas. Pensádlo bien.