No sé por qué, no lo intento comprender, pero demasiados días sin escribir aquí. La inquietud… no, ella sigue aquí, pero… ¿Qué está pasando? Intento desgranar cada desgana de escribir y de pensar, pero no consigo entenderlo, sólo no pasa.
Ahora al redactar sobre este retal binario me siento extraño, como encontrando a un viejo amigo, pero realmente… ¿Tengo amigos? Puede que sea simplemente el Yo, ese melancólico Yo de bolsillo de vaquero rajado, que me visita en los meses sin R y que hoy apareció por sorpresa, demostrándome otra vez que el destino no está escrito.
Las posibilidades son tantas que me abrumo con mi incapacidad, pero sigo estando aquí, sigo en el mundo virtual, ese paisaje donde no encuentro el eco. Miro a cada lado, lo de siempre, y siempre lo que nunca veo.
Oteo el horizonte pixelado de mi tortura matinal y no hallo más que semidioses virtuales de un Olimpo manejable pero no asible al que pretendo aferrarme. Sí, quiero más y busco. Me cansa escribir con las manos.
Pero puedo esperar otro día hasta llamarte…
te he dejado una cadena. Me ha gustado mucho lo q has escrito, sigue asi