Muchos consideran unos afortunados a las personas que viven en el centro de las ciudades. Nada más lejos de la realidad. Vivir en el centro es un infierno. Las obras, la movida, el tráfico, la suciedad, la soledad, la inseguridad… Son muchos los factores que influyen en que el centro de la capital se haya convertido en un lugar complicado para vivir.
Por mi experiencia personal, el centro de Sevilla se ha convertido en un extraño lugar en el que se hace raro cuando no escuchas las máquinas de las obras que parecen no tener fin, en el que se hace raro poder salir con tu coche del parking sin perder 10 minutos en atascos absurdos y sin sentido, en el que se hace raro poder dormir un viernes o un sábado sin escuchar a las ordas de niñatos borrachos haciendo botellón…
La suciedad, con indigentes campando a sus anchas por el que se supone reclamo turístico de la ciudad con orines en cada esquina, restos de las noches de movida; la falta de seguridad, sin rastro de policias que vigilen, porque eso si, los pocos que se ven no hacen más que multar a cualquier vehículo bien o mal aparcado en la zona azul, completan un panorama desolador que hace que el centro se haya devaluado enormemente como lugar idóneo donde habitar.
Creedme si quereis vivir en el centro, desistid. No merece la pena.
En cierto modo te entiendo, pero vivir en el centro también tiene sus virtudes, aunque sean pocas.
La oferta gastronómica es mejor, tienes más cerca el corte inglés y, cómo no, a tu amigo trifón.
Por lo pronto sólo quiero decirte que si tienes problemas, mete los pies en agua, que a joerse tocan.