‘Las he visto desnudando la aurora
alejarse entre muchedumbres de delfines
raspar el agua como aviones de titanio
surcar el cielo como barcos entrevistos al filo del horizonte’
(Jorge Ernesto Olivera)
Formas caprichosas en cada vuelo y cada giro, extremidades torneadas para dibujar la esencia de la gravedad antes de tocar el agua. Turbulencias en una atmósfera expectante de silencio clasificatorio y de un rancio glamour anclado a un tirabuzón, cerrándose en un mortal invertido.
Volvieron a surgir, esas sirenas que en otras ocasiones busqué, con sus nuevos cantos supra-acuáticos y el tenue silbido de una melodía discreta, esa nana dedicada a los delfines atmosféricos que suspiran en cada giro.
Tras el onirismo de ese ballet, en el lienzo hipnagógico que no se llega a pintar nunca antes del amanecer, ellas mutan su posición con la sincronía de las manecillas de este reloj, cuyo mecanismo quedo pervive varado en la arena, muy cerca del cielo y el mar.
sirenas…. la vieja fantasia ? dicen q hay sirenas q vuelven locos a los navegantes por su belleza ,y que es imposible vencer la tentacion de acercarse a ellas ,pero…quien las besa se muere …
gaby