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Nunca escuché más verdad en una canción sobre la realidad de este, nuestro país. Dice Nacho Cano en `Un año más´:

«Entre pitos y gritos

los españolitos

enormes, bajitos

hacemos por una vez

algo a la vez»

Digamos, que desde el punto de vista de estio poético, esta cortito con soda (más fino que decir con sifón), pero aborda la realidad tal como es. Que España se moviliza en algunas ocasiones es cierto, yo no soy quién para dudarlo, pero tengo el triste deber de denunciar, que cuando llegan las doce uvas, todo el mundo se une, sin causa real.

Es decir, te venden la magia de la noche (tragaremos por esta), te colocan la suerte como máxima de la celebración (también se dice que pisar mierda da buena suerte, y mierda hay todo el año por toneladas), y todo ello, VACÍO.

Menos mal que tenemos las copas para amortiguar este arrebato irracional de querer creer en algo, que tras siglos se ha demostrado que es falso. SUERTE, jejejej, SUERTe, SUERte, SUErte, SUerte, Suerte, suerte… No sigo por que nos cansaríamos, pero el emblema que representa de esa palabra se prentende sostener cada 31 de diciembre, cuando el declive está claro.

Amiga, MALA SUERTE, tú si que sabes estar en tu sitio. Tu melliza que se quede con las loterías y apuestas del estado, que el que suscribe, prefiere la realidad de tu rostro. Sigue así y no cambies en 2005.