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Vagar por tus calles mojadas y solitarias en busca una sombra. De ese espacio y ese tiempo voy haciéndome ilusiones hilvanadas de estrellas sobre el oscuro lienzo de la noche. Ahora, que en el horizonte no hay palomas oscuras que maldigan tu esperanza, sigo caminando.

Toca el turno del frío que hoy no acudió a su puesto de trabajo, y no hay nada más que cálida humedad en el retén para sustituirle. Los abrigos siguen echándole en falta, y el humo de castaña sigue nublando los ojos de quien aspira a entender la incipiente navidad por las calles del centro.

Hoy sin guantes puedo tocar tu rostro, pero ya es igual. Sigo esperando que llegue el día de la verdad, pero me temo que todavía no se anuncia en la televisión, ni lo cuenta ninguna cuña radiofónica, los periódicos ya no dicen nada y la Red… Siempre enmarañada y empeñada en disfrazar la realidad de cruda carne.

Una oportunidad sin esperanzas… otro abrazo maniatado… un nuevo post de soledad.